no puedo empezar una mudanza sin haber desempaquetado las cosas de la anterior
no puedo
es una cuestión de posibilidad o imposibilidad y en este caso
no puede ser
no me queda espacio, ni tickets, ni tiempo, ni ganas, ni paciencia, ni ánimos de guerra.
cómo se me ocurrió empezar algo en ese punto intermedio del cierre
como si la bisagra hubiese dolido en los dos sentidos.
a mí por crearla,
y a ti por serlo
Hola, hola!
ResponderEliminarLos recuerdos vuelven a ser vívidos cuando uno saca y desmpolva cosas.
Espero estes muy bien.
Por cierto organicé un concursillo en mi blog, me encantaría que lo checarás.
Saludos! :D
Cuándo dicen que el amor es ciego, se olvidan mencionar que el desamor también lo es.
ResponderEliminarHacía tiempo que no pasaba por tu blog.
ResponderEliminarqué delicia.
Buenas, soy de www.aguaparachocolatte.blogspot.com
ResponderEliminarMe he cambiado de blog.
Un besito! :)
(Estás guapísima rubia. Para quitarle hierro al asunto.)
ResponderEliminarY después de las mudanzas empieza una vida nueva, viéndolo todo en cajas al fondo del trastero.
Tienes dos opciones:
1-Rescatarlo.
2-Quemarlo.
A grabar el disco y que salga el sol por donde quiera :)
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHace demasiados meses
ResponderEliminarQue mis payasadas no provocan tus
Ganas de reir
No es que ya no me intereses
Pero el tiempo de los besos y el sudor
Es la hora de dormir
Duele verte removiendo
La cajita de cenizas que el placer
Tras de si dejó
Mal y tarde estoy cumpliendo
La palabra que te di cuando juré
Escribirte una canción
Un dios triste y aburrido nos castigó
Por trepar juntos al árbol
Y atracarnos con la flor de la pasión
Por probar aquel sabor.
El agua apaga el fuego
Y al ardor los años
Amor se llama el juego
En el que un par de ciegos
Juegan a hacerse daño
Y cada vez peor
Y cada vez más rotos
Y cada vez más tú
Y cada vez más yo
Sin rastro de nosotros.
Ni inocentes ni culpables
Corazones que destroza el temporal
Carnes de cañón
No soy yo ni tú ni nadie
Son los dedos miserables que le dan
Cuerda a mi reloj
Y no hay lágrimas que valgan para volver
A meternos en el coche
Donde aquella noche en pleno carnaval
Te empecé a desnudar.
El agua apaga el fuego
Y al ardor los años
Amor se llama el juego
En el que un par de ciegos
Juegan a hacerse daño
Y cada vez peor
Y cada vez más rotos
Y cada vez más tú
Y cada vez más yo
Sin rastro de nosotros.
Fuente: musica.com
Joaquín Sabina