Viajábamos en coche por el camino del cementerio.
No recuerdo si ella llevaba flores en su regazo, lo que sí recuerdo era oír sus manos tocar el piano inexistente sobre su bolso.
Tú ibas callado, pendiente de aquel camino sombreado y el recuerdo de no haberle conocido nunca se mezclaba con las otras veces que habíamos ido hasta allí sólo para coger hojas de morera para los gusanos de seda que guardábamos en una caja de cartón encima del armario.
No recuerdo si ella llevaba flores en su regazo, lo que sí recuerdo era oír sus manos tocar el piano inexistente sobre su bolso.
Tú ibas callado, pendiente de aquel camino sombreado y el recuerdo de no haberle conocido nunca se mezclaba con las otras veces que habíamos ido hasta allí sólo para coger hojas de morera para los gusanos de seda que guardábamos en una caja de cartón encima del armario.
Parece el comienzo de un libro...de esos que con leer el primer párrafo ya quieres seguir ahondando en la vida de unos personajes que con sus gestos, su lenguaje no verbal y sus pensamientos...ya te han atrapado...
ResponderEliminarpróximo reto, Z?
Tienes duende. Gracias.
ResponderEliminarShh, no hagas ruido...
ResponderEliminarMe quedo con "hambre" Z !! ;)
ResponderEliminar¿Y tú? ¿Qué pensabas tú? Acaso intentabas descifrar qué tarde de verano tiraste al vertedero la caja de cartón con el olvido.
ResponderEliminarAbrazos, siempre
De mis blogs favoritos, sin duda!
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