tu mente se fue a imaginar chicas que caminaban con faldas estrechas y sin bragas, pensaste en habitaciones de hotel teñidas de rojo y el deseo se hizo tan fuerte como inmediato.
hoy tu pensamiento es más sereno.
sólo te gustaría apretar mi mano debajo de la mesa de un bar y besarme el pómulo izquierdo.
Quizás, otro día, haya otra llamada que lo revuelva todo.
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pequeñín