las chicas de las tiendas de ropa nos odian

las chicas que trabajan en las tiendas de ropa nos odian cuando llegamos a las ocho y media de la tarde.
y vemos doblar la ropa ordenada y nosotros la cogemos y la desordenamos
y nos dejamos llevar por los colores nuevos que eran los mismos que hacía un año en esas mismas fechas, pero que quedaron olvidados por otros colores nuevos que llegaron después, y que también habían estado antes.
luego, en el vestidor, ponemos poses de estrellas del rock
y nos creemos estrellas del rock
pero nada nos queda como habíamos imaginado, y mucho menos como le queda al maniquí
así que nos llevamos esa chaqueta una talla más pequeña, para cuando adelgacemos, que ahí estamos, y que está aún de rebajas, de hecho, un 70% rebajado.
la chica de la caja nos mira mal.
creo que nos odia
nos cobra y nos da las gracias pero nos odia
el único simpático ha sido el señor de la puerta
nos ha desactivado una alarma que no habían desactivado, por las prisas.
nos sonríe.
ellas nos miran lánguidas detrás del mostrador, junto a su caja registradora, sus bolsas grandes, sus perfúmenes y gafas de oferta. nos miran sin enfocarnos y se alegran de vernos marchar.