sábado, 15 de enero de 2011

la tarta de manzana

Y mientras cocinaba pensaba en quién iba a venir a cenar.
Por eso esa noche, arreglando el aguacate, se preguntaba si me gustaría.
Luego nos fuimos a la cocina y cortó, con una delicadeza exquisita, la manzana.
Colocó una a una las medias lunas manzaneras y espolvoreaba la canela sobre ellas.
Veinte minutos en el horno
Mientras, le conté mi vida, cómo había cambiado, que el amor llega y se va sin poder hacer nada al respecto, que la profesión está complicada, pero aún así seguimos, y que por más que viviera sola siempre cocinaba para dos.Barcelona era cara, pero bella.
La luz baja, el olor del horno y la complicidad con alguien a quien hacía una eternidad que no veía y con quien posiblemente, nunca había hablado así
Y luego entraron todos con los platos sucios de la mesa, encendiendo luces, tirando migas de pan del mantel y supimos que se nos había acabado la noche.

11 comentarios:

  1. Que buenos son esos días.
    Espero que hayas disfrutado de ese momento, por muy corto que haya sido o se te haya hecho :)

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  2. Es tan maravillloso esos pequeños momentos que te da la vida... aix... si uno pudiese guardarlos todos en una caja.

    saludos chica de los cupcakes!

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  3. Igual que Cenicienta cuando dieron las doce en el reloj...

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  4. Me encantan estos fragmentos, retazos de vidas aquí y allá. No hace mucho que he vivido un momento "tarta de manzana", y me ha salido una sonrisilla. Gracias :)

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  5. bueno, y la tarta, cómo estaba? XD

    Precioso texto Z!

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  6. suena muy bien..... que bien que estas cosas pases tan a menudo...

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  7. siempre, siempre lo eternamente breve es lo más bello, lo más evocador

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  8. Las tardes de invierno son para las chicas que hacen tartas de manzana

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