de verdad
se paró.
bajamos del coche que nos habían puesto y entramos en el teatro. nadie estaba esperándonos, así que nos acercamos hacia la puerta del auditorio en lugar de al camerino.
jamie cullum hacía percusión con el piano y cantaba "please don't stop the music" de Rihanna. unos segundos antes de reconocer la canción mi cuerpo ya estaba erizado por completo.
la euforia me duró horas
y fue satisfactorio ver como la música podía volver a mover eso dentro de mí.
esa sensación de emoción que te aprisiona el pecho y que no sabes cómo hacerla salir.
ahí estaba de nuevo, bienvenida...
recorriendome por dentro, devorando todo a su paso.
el pulso temblante, los pasos torpes.
y horas más tarde la fiesta más extraña en la que jamás habíamos estado juntos.
los tres que luego fuimos cuatro, y luego infinitos.
vino blanco, queso, salmón y pollo teriyaki.
luego soñé que me escapaba y viajaba lejos
y sentí cosas en sueños que me parecieron reales por momentos
y después alicia y yo viajábamos en la fila 3 del avión
y se reconocía a los españoles porque eran los que hablaban alto
y en amsterdam nos recogían para volver a encontrarnos con gente que se hacía fotos conmigo aunque no supiera quien era yo.
el hotel ahora descansa.
a las diez nos echaron del restaurante
y vuelve a temblarme el pulso.
a acelerarme por dentro
a sentir pena de pronto
y tristeza
y mezclárseme un rato
me imagino escondida
abrazada
y me calmo
Después de leer estas cosas, una se queda sin palabras... Qué manera de escribir... UFFF... :)
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