la pena, la historia de su vida que no era para tanto.
me dedicó palabras encriptadas que cobraron sentido con los años
me dedicó un silencio antes de desvanecernos y hacernos tanto daño
las prisas
las tardes de marzo en que no nos vimos
me dedicó la lluvia fuerte y caliente de verano.
Pero se le olvidó dedicarle lo más importante, y cuando llegó el daño nada de lo que había era suficiente como para compensarlo.
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